Diferencias entre el botox y el ácido hialurónico

Cuando hablamos de bótox y ácido hialurónico, como tratamiento, en muchas ocasiones lo tratamos como si fuera el mismo tratamiento, y nada más lejos de la realidad. Para comenzar vamos a aprender a diferenciarlos.  

Comencemos:    

El bótox: es una toxina que es obtenida gracias a una bacteria, que, aunque su uso es mayoritariamente estético, también se utiliza con otros fines médicos, como por ejemplo el estrabismo o bien para las migrañas. Esta toxina va a hacer que la zona en la que se inyecta reduzca su movilidad y por lo tanto tengamos menos pliegues en la piel. En lo estético, además de para atenuar las arrugas de expresión sirve para poder reducir el sudor, o bien para tratar el bruxismo. Ver más sobre botox labios.

El ácido hialurónico, sin embargo, se encuentra en nuestro cuerpo de forma natural, y se ocupa de que nuestros tejidos estén hidratados, así como las articulaciones o los cartílagos. Con la edad, se va perdiendo densidad por lo que somos menos capaces de capturar agua y por lo tanto el volumen en determinadas zonas disminuye. Cuando una persona quiere inyectarse este ácido, lo que debe de tener presente y claro es que va a dar un extra de volumen y que esa zona en concreto esté más jugosa e hidratada. 

Si que es cierto que también tienen similitudes. Por ejemplo: Ambos son tratamientos inyectables, y se aplican en unos 20 minutos. Con lo cual no son tratamientos demasiado engorrosos y lo principal es que son tratamientos ambos reversibles, no son tratamientos permanentes y los efectos con el tiempo van desapareciendo. Pero, sin embargo, también cuentan con numerosas diferencias. El botox puede paralizar la musculatura, con lo que evita que se formen las arrugas que se producen al mover la cara. Esta sustancia solo puede ser inyectada en el tercio superior del rostro o en los maseteros, mientras que el ácido hialurónico no tiene ninguna contraindicación en ninguna parte del cuerpo. El bótox no aporta volumen mientras que el ácido hialurónico, rellena el surco en el que se le inyecte.  

Como decíamos, tienen similitudes, pero también tienen numerosas o más bien importantes diferencias. 

Desde luego la pericia del médico que lo inyecte tiene mucho que ver en el resultado. Nunca nos cansamos de repetir, que lo que realmente es importante, es acudir a un especialista cualificado y que tenga todo en orden de acuerdo a la ley y a lo necesario para poder inyectar esta sustancia. Si el bótox o el ácido hialurónico no es de una calidad suficiente, lejos de aportar los beneficios que inicialmente nos van a generar, lo único que puede hacer es perjudicarnos, causarnos problemas o bien secuelas difíciles de revertir. Siempre hay que recordar, que aunque se puedan encontrar lugares que ofrecen estos tratamientos a bajo coste, tal vez nos pueda salir caro, y luego tener que invertir más en técnicas para poder mejorar los resultados. 

Aunque son tratamientos que no son definitivos, te recomendamos que pienses que necesita tu rostro, que te pongas en contacto con profesionales y te dejes asesorar, por quién más sabe de estas técnicas.